Mensaje del día Mundial 2019 por Yvette Hardie, Presidenta de ASSITEJ
Vivimos en un mundo desgarrado por la división y la confrontación. A nuestro alrededor, por todas partes, encontramos líderes y estrategias con el objetivo de enfrentar a las personas por motivos de raza, idioma, cultura, posición económica, género, orientación sexual, lealtades a una idea, pertenencia… Casi todo lo que nos hace humanos ha sido utilizado por alguien para generar una mayor división y para construir muros más altos levantados sobre la sospecha y el odio. De este modo, aparentemente le hemos dado la espalda al concepto de ubuntu, la ética africana que declara: ” Soy porque eres” y “una persona es persona mediante las relaciones con otras personas”.
¿Qué podemos hacer para revertir este abismal daño que estamos causando a nuestros hijos e hijas y, de hecho, a nosotros mismos?
Los niños y niñas necesitan poder disfrutar de momentos en comunidad donde se les recuerde lo que compartimos y donde puedan apreciar las múltiples realidades de lo que significa ser humano. Necesitan espacios en los que explorar nuevas formas de pensamiento que desafíen estas narrativas de la confrontación, en los que empaticen con quienes más se diferencian de ellos mismos. Necesitan experiencias concretas de comunión, comunitarias, que les recuerden la alegría y la belleza que el mundo ofrece.
ASSITEJ entiende que el teatro proporciona múltiples vías de acceso a un mayor sentimiento de vinculación con los demás, y ( lo que es más importante) con nosotros mismos.
Recientemente, el New Victory Theater de Nueva York publicó los resultados de cinco años de estudio de los beneficios del teatro para niños, niñas y jóvenes. Uno de los hallazgos más relevantes e inesperados es que la exposición al teatro ofreció a estos niños y niñas una mayor esperanza en el futuro. Los resultados se contrastaron en un grupo de control donde quienes no fueron asistieron a representaciones teatrales y talleres en ese mismo período manifestaron una percepción más pesimista de sus posibilidades futuras en términos de oportunidades de estudio y de trabajo.
¿Por qué es tan importante la esperanza? La esperanza produce energía positiva que se traduce en confianza, fuerza de voluntad, resistencia y, finalmente, en acciones concretas para marcar una diferencia en la vida propia y ajena. Todo niño necesita esperanza.
Así pues, comprometámonos a llevar a un niño, niña o joven al teatro hoy y a reunir el apoyo necesario para garantizar que todos los niños y niñas tengan acceso a las artes y al teatro, independientemente de sus circunstancias personales y sociales. Y en cuanto a los que trabajamos en el sector, comprometámonos a proporcionar experiencias de calidad que supongan un cambio en la forma en que las generaciones más jóvenes perciben el mundo: hagámoslo por el bien del mundo actual y por el futuro.
Yvette Hardie
Presidenta de ASSITEJ